miércoles, 28 de octubre de 2009

Desplome de la inversión en Lleida

Como dice el Gobernador del Banco de España, el socialista Miguel Angel Fernández Ordoñez, y todo el mundo menos Zapatero puede entender, cuando se gasta la mitad más de lo que se ingresa, no hay economía familiar ni empresarial que lo resista. Pero es que la diferencia entre los gastos y los ingresos del Estado en los Presupuestos del Estado del 2009 ha sido todavía mayor, porque se han ingresado unos 100.000 millones y se han gastado 192.000 millones de euros, o sea el doble, y encima en los Presupuestos del 2010 en vez de recortar el gasto, se incrementa un 17%. Toda una irresponsable temeridad.

Y a pesar de que los ingresos, o sea los impuestos, aumentan en 11.000 millones de euros, sólo se tapará una pequeña parte del agujero del déficit que en el 2009 ya ha sido casi de 100.000 millones de euros. Por eso, la partida de gastos para pagar los intereses de la deuda -que resulta de la acumulación de los sucesivos déficits- asciende en los Presupuestos del 2010 a 23.000 millones de euros. Por si fuera poco, los gastos en desempleo van a subir un 58%, y se van a llevar hasta 31.000 millones de euros, y las transferencias a otras Administraciones Públicas se incrementan un 11% para engrasar el voto, hasta más de 73.000 millones de euros. Todo ello representa nada menos que el 70% del gasto consolidado del Estado, suponiendo que se cumplan las optimistas previsiones del Gobierno.

Así las cosas, es fácil entender que los Presupuestos del Estado no son precisamente sostenibles, como dice Zapatero. Tampoco son sociales, no sólo porque no hay nada más antisocial que el desempleo, a cuyas políticas de fomento dedica tan sólo un incremento del 2,2%. Disminuye el Presupuesto en Sanidad en más del 6%, en Agricultura en más del 13%, en I+D+i en el 17%, las pensiones no suben y el fondo de reserva disminuye en 73.000 millones. Se trata pues de unos Presupuestos tan increíbles como los del 2009, porque se basan en previsiones falsas que ZP ya sabe que no se van a cumplir, y que nos traerán más déficit, más paro y más impuestos, con lo que seguiremos en el círculo infernal de la economía viciada.

Las inversiones, como no podía ser de otra manera, porque no quedan recursos disponibles, también caen respecto al 2009 en un 12%, y se sitúan en algo menos de 12.000 millones de euros, pero es que en Lleida caen todavía más. Se desploman. Los 491 millones de euros del presente ejercicio que no se han cumplido, se reducen a 391, de los que 47 millones de euros corresponden al Túnel de Vielha, que se paga ahora en diferido pero que ya está terminado, por lo que la inversión real prevista es todavía menor, del orden de 344 millones de euros, o sea más de un 30% inferior a la del año pasado, si descontamos la trampa del Túnel.

La inversión prevista en las infraestructuras para Lleida el año que viene, se la llevan prácticamente dos obras. La Autovía A-22, antes CN 240, Lleida-Huesca, que tiene una dotación presupuestaria de unos 62 millones de euros desde nuestra capital al límite de la provincia, o sea que por fin llegaremos hasta Almacellas al menos, y el Canal Segarra-Garrigues, eso sí, dispone de un ritmo parecido al recorte de la superficie regable, lo que es un motivo más para sospechar que el destino del Canal va a ser el que nos tememos desde hace tiempo.

Infraestructuras tan importantes para el desarrollo de nuestra provincia, y por el que tanto interés en la oposición, como desinterés ahora, mostraba nuestra flamante vicepresidenta del Congreso, están prácticamente olvidadas. Así, la dotación presupuestaria para el Eix Pirinenc CN-260, queda limitada a poco más de medio millón de euros para la rotonda de Sort, Gerri de la Sal y Pobla de Segur, y de la A-27 Lleida-Montblanc no existen noticias ni en los Presupuestos ni tan siquiera de los proyectos. Pero lo más chocante es el castigo del gobierno socialista en este y anteriores presupuestos a la CN-230, ahora A- 14, Lleida-Vielha-frontera francesa.

La empezó por el Túnel de Vielha el Gobieno de Aznar, y no le quedó más remedio al Gobierno de ZP después, que terminar el túnel, pero tiene abandonado en los seis presupuestos socialistas que ya llevamos, el resto de tan importante carretera. Para el año que viene sólo aparece una dotación significativa para el tramo Roselló-Almenar, de unos 12 millones de euros, pero en el tramo Lleida-Roselló están todavía las expropiaciones pendientes de pago, por lo que el Aeropuerto de Alguaire no dispondrá de carretera todavía.

Quedan sólo dos Presupuestos más en esta legislatura, que tan larga y penosa se está haciendo. Si llegamos al 2012 podremos comparar los resultados de los ocho presupuestos del gobierno del PP y los ocho del gobierno del PSOE. El gobierno del Partido Popular bajó dos veces los impuestos, dejó el paro en el 11% y el déficit en cero. El gobierno del PSOE, de momento ya sube los impuestos y veremos finalmente dónde nos deja el paro y el déficit. La inversiones son también comparables. Al gobierno de Aznar le dio tiempo de traer el AVE a Lleida y construir la Autovía Cervera- Igualada. Y menos mal que se empezó el Canal y el Túnel, porque los gobiernos de ZP no han traído nada nuevo a Lleida.


José Ignacio Llorens Torres
Diputado del PP por Lleida al Congreso

jueves, 1 de octubre de 2009

“Patas arriba”

Mientras Zapatero coge el avión, para asombrar al mundo con sus fantásticas propuestas, que lo mismo sirven para solucionar conflictos internacionales que para descubrir los verdaderos origines de la crisis, -que no son otros que el cambio climático- y las recetas mágicas para superarla, las imágenes de las calles y plazas de nuestras ciudades “patas arriba”, son un fiel reflejo del fracaso de un Gobierno desorientado y sin norte y de un Presidente que ha perdido el oremus. La crisis de nuestro país, que no era solo debida a los mercados financieros internacionales, como se decía y ya se ha visto, porque otros ya están saliendo de ella, no es solo económica tampoco.

El fundamentalismo revanchista de nuestro Presidente provoca una fractura social tras otra. La última, abierta por nuestro intrépido ZP al que le encanta abrir frentes, es especialmente inoportuna y traerá malas consecuencias. Los culpables ahora de la crisis para quien más poder tiene en España son los poderosos, o sea los empresarios. A nadie en su sano juicio, cuando somos el país con mayor paro de Europa, el doble que la media, y tenemos más de 3.600.000 parados, más de 800.000 de ellos sin prestación, se le ocurriría la irresponsabilidad de enfrentarse a los empleadores y dirigir en su contra las huestes sindicales comandadas por Cándido Méndez, cuando precisamente la gravedad de la situación actual, requiere todo lo contrario. Entendimientos.

Los empresarios y los autónomos, no le están pidiendo al Presidente del Gobierno despido libre, sino incentivos a la contratación, como se ha hecho en épocas difíciles. Estímulos fiscales, liquidez porque no llegan los créditos de los Bancos y medidas eficaces contra la morosidad. No es mucho pedir para quienes tienen la responsabilidad de crear empleo, riqueza y pretenden seguir haciéndolo. A la Oposición cuyo consenso es también esencial, sobre todo en épocas críticas, no se le puede exigir que acate sin más todas las ocurrencias y disparates, que no son pocos, del Gobierno.

A la Oposición, que en democracia está para oponerse a lo que cree que son errores del Gobierno, cabe exigirle propuestas como las que viene haciendo Mariano Rajoy desde hace tiempo sin ser escuchado y que además fueron aplicadas con éxito cuando gobernó el Partido Popular, durante ocho años. Reducción de gasto, todos los gastos, que es lo que permite después, disminuir los impuestos y alentar la inversión, el ahorro y el consumo. En definitiva el empleo. Eso y promover estímulos fiscales, es lo que están haciendo los países como Francia e Italia que están superando la crisis y lo que le aconsejan a Zapatero el Banco de España y todos los economistas con prestigio internacional.

Ahí con la Oposición, a la que dirige ZP en su contra con saña partidista y miope el aparato judicial del Estado, que mira para otro lado o sencillamente no investiga las corruptelas cometidas por el PSOE, en la Caja Castilla-La Mancha, la empresa de la hija de Chaves, o en la presidencia del CNI, se ha producido otra importante crisis. El tan alardeado talante es otra de las muchas tautologías zapateriles. Tampoco deberían pasar inadvertidos, loa avisos de tan destacados socialistas en el ámbito económico como son Fernández Ordóñez, Almunia y hasta Felipe González que piden un cambio de rumbo, o como Solchaga que anuncia que ni de lejos se van a recaudar los 15.000 millones de euros, con los que además solo se va a tapar una parte del agujero de 50.000 que se han gastado de más hasta junio y que se duplicarán a fin de año hasta situar el déficit por encima del 10 por ciento, lo que nos dejará fuera de Europa.

Cuando en tan poco tiempo se ha pasado del superávit a un déficit, que provoca una deuda tan descomunal y cuyo coste puede ser pavoroso a nada, que los tipos de interés del Banco Central Europeo suban como parece apuntar la recuperación económica de Francia y Alemania, decretar una nueva Financiación Autonómica es un disparate, porque deja cada vez más inoperantes los instrumentos de control del Estado. Se demuestra con despilfarros en embajadas autonómicas o en el encargo de informes a la parentela, tan chocantes como el cultivo de la chufa, la almeja brillante o el parchís.

La alborozada y patriótica salutación por otra parte, con que Puigcercós recibió el nuevo Acuerdo de Financiación Autonómica “Es un paso más hacia la independencia” pone en evidencia otra crisis. La crisis del Estado, agravada por los continuos desafíos ante una más que probable sentencia del Tribunal Constitucional, recortando algunos aspectos del Estatut que son claramente anticonstitucionales.

Desde la lejana promesa de Zapataro a Maragall en el 2003, “Te daré el Estatut que me pidas“, antes del atentado del 11M que le llevó al gobierno, hasta el reconocimiento del propio Maragall de que antes de cambiar el Estatut hubiera sido necesario cambiar la Constitución, hay un camino recorrido lleno de despropósitos. La Reforma del Estatut que muy pocos pedían y pocos han votado, es un ejemplo más de la creación de un gravísimo problema que no existía.

Cuando un país como el nuestro, España tiene además de una crisis económica, una crisis institucional, judicial y social y una crisis con el Estado de las Autonomías, cuando un Presidente inexplicablemente ha estado excitando continuamente el enfrentamiento ideológico, territorial, religioso, y ahora hasta el de clases, las responsabilidades de sus errores no pueden cargarse en la Oposición, sino en quien dirige un Gobierno incompetente, sin cohesión, rumbo ni solvencia, que tiene que ser cambiado. Con votos. Cuando toque, pero cuanto antes porque la situación se hace insostenible. La crisis no es solo económica. Es total.

José Ignacio Llorens Torres
Diputado al Congreso del PP por Lleida